Antigua,
Real e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Descendido
de la Cruz en el Misterio de su Sagrada Mortaja y María Santísima de la
Piedad. Iglesia del ex Convento
de Ntra. Sra. de la Paz. (Un "paso").
Las primeras noticias históricas que se conocen son datos de 1518,
además la Imagen Fundacional de la Primitiva Piedad (que conserva la
Hermandad) se puede datar en esa época. Las primeras Reglas como
Hermandad de penitencia de las que hay noticia datan de 1592.
El último cuarto del siglo XVII será una de las épocas de mayor
esplendor para la Hermandad: en 1676 adquiere de la Parroquia de Santa
Marina la propiedad de su capilla y otras dependencias, en ese mismo
año se recibe en la Hermandad la talla de la Virgen de la Piedad y en
1677 Cristóbal Pérez realiza la imagen de Nuestro Padre Jesús
Descendido de la Cruz y también se reciben el resto de las imágenes que
conforman el misterio. A ello se añade el ingreso como hermanos de
escribanos y alguaciles sobre el año 1685 y posteriormente de los
componentes del gremio del arte de torcedores de la seda.
En el año 1702 se aprueban nuevas Reglas, en ellas no se menciona
el uso de los dieciocho ciriales, pero sí se hace en un acta de Cabildo
de 1765 citándolo como uso muy antiguo. Se adquieren unas nuevas andas
procesionales en 1710. En 1751 se realiza un grabado por Diego de San
Román y Codina, y el siglo XVIII termina con la redacción de Reglas
aprobadas en 1793, en ellas se prescribe la salida de los dieciocho
ciriales, así como de un Paso alegórico del Sol Eclipsado además
del Paso de misterio.
En el siglo XIX la Hermandad padecería los problemas y nefastas
consecuencias de los acontecimientos de la época, pero se van
incrementando enseres desde 1866: se estrenan vestiduras bordadas para
las Imágenes y un Sinelabe bordado que aún conserva la
Hermandad. Problemas económicos y varias vicisitudes hacen que a fines
del XIX la Hermandad entre en un periodo de decaimiento, ello obligó a
varias enajenaciones de bienes y enseres en las que destaca la venta de
dos de las cartelas pasionistas del Paso y en 1893 de todas
las vestiduras bordadas.
A comienzos del siglo XX hay una revitalización de la Hermandad
centrada sobre todo en la estación de penitencia: desde el año 1906 a
1909 se estrenan paños de bocinas y las vestiduras de las imágenes
bordadas por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Aprovechando la visita a
Sevilla en 1907 de la Reina de Portugal Doña María Amelia de Orleáns y
su hijo el heredero del trono don Luis Felipe Braganza y Orleáns se les
recibe como Hermanos Mayores Honorarios, usando desde entonces la
hermandad el título de Real. En esta época figura en la documentación
como Asesor artístico de la Hermandad (no como Prioste) el artista y
diseñador Antonio Amian Austria, que aportaría importantes novedades a
la estética de esta Hermandad y de otras varias de Sevilla.
En el año 1926 tiene lugar un hecho trascendental para el carácter y
personalidad tanto de la Hermandad como de su estación de penitencia,
pues entra a formar parte de la Junta de Gobierno un grupo de jóvenes
hermanos, encabezados por Guillermo Serra Pickman, que tienen el
objetivo de revitalizar la Hermandad y dotarla de unas formas y
espiritualidad similares a las que se suponían propias de los siglos
XVI y XVII. En cuanto a los enseres, en 1927 se estrena una nueva
Cruz de Guía en madera oscura y a los pocos años Carmen Capmany realiza
los mantolines de María Magdalena y María Salomé.
El proceso de cambio de carácter de la Hermandad fue muy paulatino, y
así en 1936, aunque la lluvia impidió la salida de la Cofradía, se iba
a contar aún con el acompañamiento musical de dos bandas de música.
Hasta el citado año permanece establecida en la Iglesia de Santa
Marina trasladándose, a partir del incendio intencionado de la
misma en 1936 a la Iglesia del extinguido Convento de Ntra.Sra. de la
Paz, que había tenido culto esporádico desde la Desamortización de
1835.
En los años siguientes se sigue trabajando en completar enseres, en
1939 se bendice la diadema de plata labrada y dorada obra de Emilio
Landa y en 1940 el orfebre Juan Fernández inicia la ejecución de una
serie de piezas para la Hermandad, siendo las primeras los dieciocho
ciriales, ello da idea de la importancia que se le otorgaba a la
recuperación de las formas propias de siglos pasados y ahondando en esa
intención en el Viernes Santo del año 1946 se recupera la histórica
figura del Muñidor, pero dada la lentitud del proceso de cambio del
carácter de la Hermandad ese mismo año aún se contrataban bandas de
música.
El Cardenal don Pedro Segura y Sáenz concedió el usufructo de la
iglesia del antiguo convento de la Paz en 1951, y por Decreto de fecha
4 de noviembre de 1966 el Cardenal don José María Bueno Monreal accede
a la solicitud de permuta de la capilla y dependencias, que la
Hermandad tenía en propiedad en la Iglesia de Santa Marina, por la
posesión en propiedad de la iglesia y dependencias del mencionado
antiguo convento de Ntra. Sra. de la Paz, otorgándose la
correspondiente escritura el día 14 de diciembre de 1967.
En el año 1975 debido a la lluvia la Cofradía se ve obligada a
refugiarse en la Catedral, permaneciendo en ella las imágenes hasta el
Domingo de Resurrección, en el cortejo de vuelta a la iglesia figuraron
hermanas con cirios por primera vez en la historia contemporánea de la
Hermandad. En 1987 se aprueban nuevas Reglas, que recogen entre otros
puntos que las hermanas se puedan incorporar oficialmente a la estación
de penitencia, aunque aún no se contemplaba la igualdad total de
derechos fue una de las primeras hermandades de Sevilla en permitir a
las hermanas dicha participación.
Desde los años 90 la Hermandad emprende una labor de recuperación y
restauración del Patrimonio, en la que tienen destacado papel la labor
sobre enseres de Hijos de Juan Fernández, talleres Hermanos Fernández y
talleres de Solano, y el trabajo de Juan Manuel Miñarro sobre las
imágenes. También se realizaron varios trabajos sobre el patrimonio
inmobiliario de la Hermandad, así durante los años 2000 y 2001 se
efectuaron obras de restauración de la espadaña y de los antiguos Coros
Alto y Bajo. Más recientemente se restauró en los talleres Manuel
Solano el manto de salida de la Virgen de la Piedad, obra de Rodríguez
Ojeda, y se estrenó una nueva diadema de salida en plata realizada en
los talleres de Hermanos Fernández.
La atención de la Hermandad también se encaminó en estos años a otros
aspectos básicos en la vida de hermandad. En primer lugar a adecuar sus
normas a las directrices del Arzobispado, por ello en el año 2006 la
autoridad eclesiástica aprueba las modificaciones a las Reglas que
incorporan los dictados de la Iglesia incluyendo la plena y total
igualdad de derechos de las hermanas. Como el eje fundamental de su
acción esta Hermandad intenta mantener la espiritualidad y esplendor
heredado de sus mayores, prueba de ello es la existencia de diversos
grupos de formación, la colaboración con la Parroquia y el trabajo
constante a favor de los más desfavorecidos por medio de obras
asistenciales destinadas a diversos colectivos y asociaciones.
En el paso de ésta Cofradía se contempla el cuerpo de Jesús, que acaba
de ser descendido de la Cruz, y al que su Santísima Madre sostiene en
los brazos. En torno a Ella, las Marías y San Juan. Tras la Virgen, el
Santo Madero, en el que se apoyan las escaleras y penden las sábanas.
También figuran los Santos Varones José de Arimatea y Nicodemo. Se
desconocen los autores de este grupo, de excelente composición, que
sigue la estética del taller de Roldán y que ha llegado a nuestros días
en su disposición original del Barroco. El Cristo es obra de Cristóbal
Pérez (1677). Se completa el paso con cuatro ángeles que se han
relacionado con la producción de Pedro Duque Cornejo.
Como lugares recomendados, destaca en el recorrido de ida el Convento
del Espíritu Santo, el trayecto San Martín-Cervantes-San Andrés, y en
el de vuelta por Argote de Molina - Francos y desde Doña María Coronel
hasta la entrada de la Cofradía.
Insignias destacadas: Cruz de guía de manguilla de caoba de salvador
domínguez de 1928 alumbrado por faroles, bandera asuncionista bordada
por las hermanas martín cruz, Sine Labe concepta con bordados del siglo
XIX, estandarte de la Virgen con la imagen de la piedad primitiva de
Elena Caro con pintura de Francisco Maireles, libro de reglas, senatus,
cruz parroquial y dieciocho ciriales, así como naveta en forma de nave
realizados también por Juan Fernández.
Otros datos de interés: El cortejo penitencial de la hermandad lo abre
el muñidor tañendo la esquila fúnebre, generando un ambiente de
recogimiento al paso de la Hermandad. Precede al misterio la cruz
parroquial y los 18 ciriales. El paso restaurado en 2022 data de 1710 y
es el tercero más antiguo que procesiona en la semana santa. El
misterio es una piña barroca alrededor de Cristo descendido con su
madre en el centro y rematado por la cruz, el grupo escultórico es del
último cuarto del siglo XVII, el Cristo fue realizado por Cristóbal
Pérez, siendo el resto de autor desconocido y atribuido al círculo de
Pedro Roldán. Destacan los ángeles situados en la esquinas de
principios del XVIII atribuidos a Duque Cornejo.
TÚNICAS:
Moradas con botones negros, con capa y antifaz negros y cíngulo amarillo.
CAPATACES:
Manuel Antonio Santiago Muñoz
MÚSICA: Trío de Capilla Olmo, Vergara y Coca. Escolanía Salesiana María Auxiliadora
ESTRENOS: Pasado a nuevo terciopelo del mantolín de María Magdalena por Manuel Solano