Real
Hermandad Sacramental del Santo Entierro de Nuestro Señor
Jesucristo,
Triunfo de la Santa Cruz y María Santísima de
Villaviciosa. Iglesia del Santo Sepulcro y San Gregorio
Magno (PR Mercedarios). (Tres
«pasos»).
Aunque
se atribuía la fundación de la Hermandad del Santo Entierro al Santo
Rey San Fernando, no existe documentación de su existencia hasta los
años 1572-75 residiendo en la parroquia de Santa Catalina, de
donde pasaría a las Casas de Colón en los Humeros hacia 1587 fusionada
con la Hermandad de la Virgen de Villaviciosa que había fundado Tomás
Pessaro en 1582. En sus orígenes escenificaba la Ceremonia del
Descendimiento y el Cortejo Fúnebre de Cristo hasta su entierro en el
huerto del Claustro del Convento de San Pablo el Real.
La Hermandad permaneció en el Colegio mercedario de San Laureano hasta
la invasión francesa pasando la corporación por diversas sedes desde
entonces como San Juan de la Palma o el Convento de San Pablo,
hasta su instalación definitiva en San Gregorio de los Ingleses
en 1867, sede actual de esta Hermandad.
El hallazgo de una primitiva
efigie del Señor Yacente entre dos paredes de una casa del
barrio de
los Humeros, en donde se edificó una Capilla al sitio
denominado del
Monte Calvario, inmediato a la Puerta Real, en el que más
adelante, con
parte de la casa-palacio del hijo del descubridor de
América, don
Hernando, fuese fundado el Colegio de San Laureano, de la Real. Militar
y Celeste Orden de Nuestra Señora de la Merced, y de cuya
Capilla Mayor
e Iglesia fue Patrona esta Hermandad, por cesión que hizo en
virtud de
concordia celebrada por ambas entidades, concordia que al restaurarse
la Orden Mercedaria Calzada en la actual Capilla de San Gregorio Magno,
que ocupaba la Hermandad desde muchos años antes, sigue en
vigencia,
celebrándose los cultos de Jueves y Viernes en los dos
primeros días,
así como la iluminación del Monumento a cargo y
expensas de ésta
Hermandad Sacramental.
Desde el vínculo de S.M. Don Carlos II,
han venido siendo sus Hermanos Mayores los católicos Reyes
de España,
augustos sucesores del Santo Rey, declarándose
así en la primitiva
Regla u Ordenanzas aprobadas por el Supremo Consejo de Castilla.
Habiendo
sido proclamado Rey de España, S.M. don Juan Carlos 1 el 22
de
Noviembre de 1.975, y tras la aceptación del cargo, es el
actual
Hermano Mayor efectivo de ésta Real Hermandad, cuyas
Ordenanzas juró
ante el Cabildo de Oficiales reunido en el Palacio Real de Madrid el
día 21 de Abril de 1.976.
Durante el siglo XVI unos genoveses
llegaron a Sevilla trayendo el amor y la devoción a la
Milagrosa Virgen
de Villaviciosa. Una vez en la ciudad fundaron una cofradía
con la
advocación de la Santísima Virgen, sita en el
Hospital del Espíritu
Santo, en la calle Colchero (actual Tetuán).
En 1.535, Luis
Peraza hablaba de una gran devoción de los genoveses a la
Pasión de
Nuestro Señor Jesucristo, en memoria de la cual
hacían una solemnísima
procesión en la noche del Jueves Santo. Se hacía
estación en cuatro o
cinco iglesias "y derramaban tanta sangre y de lágrimas los
que los
miran, que no pienso hay en el mundo cosa de mayor devoción".
Cuando
el Cardenal Rodrigo de Castro en 1.587 suprime la mayoría de
los
Hospitales Gremíales, uno de ellos es el del
Espíritu Santo, por lo que
la cofradía pasó al Oratorio de Colón
donde radicaba la Hermandad del
Santo Entierro, apareciendo hacia el año 1.573 unificada con
el nombre
de Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra
Señora de
Villaviciosa, constituyéndose en Hermandad de Penitencia.
Y en
el último tercio del siglo XVI a partir de su
unión, según indica el
abad Gordillo, se realizaba una ceremonia en la noche del Jueves Santo.
Se ponía en un collado cerca de su residencia la Imagen del
Crucificado, acompañado de los dos ladrones en alto y al pie
de la cruz
las Imágenes de Nuestra Señora, San Juan
Evangelista y las Marías, todo
ello rodeado de luces. A la tres de la tarde del Viernes Santo un
predicador trataba el momento de la Cruz y su descendimiento que se
llevaba a cabo por sacerdotes, situándolo en el regazo de la
Santísima
Virgen. Desde allí lo trasladaban en unas parihuelas al
oratorio de la
cofradía y se disponía su entierro, marchando a
la Santa Iglesia
Catedral donde esperaba el Cabildo. A su vuelta el Cristo Yacente se
quedaba en el Convento de San Pablo, en cuyo jardín
existía un
sepulcro, trasladándose el resto de la procesión
a su oratorio. El
domingo de Pascua aparecía sobre el sepulcro la Imagen de
Cristo
Resucitado y los hermanos venían vestidos con sus mejores
galas y
acompañada de música llevaban a la Sagrada Imagen
con gran solemnidad a
su templo, donde se celebraba la fiesta de la Resurrección.
Hacia
1610 la Orden de la Merced, para fundar el Colegio de San Laureano en
el sitio que ocupaba la capilla de la Hermandad, obtuvo de
ésta la
cesión de la misma a cambio del patronato sobre la nueva
iglesia, en
cuyo altar mayor se colocaron las imágenes de la
Cofradía.
Decaída
ésta, volvió a restaurarse en 1693, saliendo
entonces las compañías de
ángeles, que tanta vistosidad daban al cortejo. Con nuevo
esplendor
salió en 1729, durante la estancia en Sevilla de Felipe V y
su Corte,
con un acompañamiento de más de dos mil personas.
En 1759 añadió a sus
títulos el de Hermandad Sacramental y en el año
de 1797 se vistieron a
la romana las compañías de "armados".
Las nuevas Reglas,
aprobadas en 1805 determinaron que los Monarcas españoles
serían
Hermanos Mayores de la Cofradía (tradición que se
remonta a S. M. Don
Carlos II), fijándose el Viernes Santo para su salida
procesional.
La
destrucción del templo de San Laureano por los franceses en
1811 causó
graves daños a la Cofradía que, restaurada en
1830, cambió varias veces
de residencia, hasta que en 1881, en virtud de Concordia celebrada en
1867 con la Real Academia de Medicina y otras Ciencias, se
estableció
definitivamente en la capilla del Santo Sepulcro y San Gregorio Magno,
donde en la actualidad se encuentra canónicamente erigida.
Por
primera vez en la historia de las cofradías en 1887 la
presidió su
Hermano Mayor, su Majestad el Rey D. Alfonso XII. Circunstancia que se
repitió en 1930 en que fue presidida por D. Alfonso XIII.
En el
año 1940 hizo solemne estación, presidida por S.
E. el Jefe del Estado,
D. Francisco Franco. En 1948, con motivo de la conmemoración
del VII
centenario de la reconquista de Sevilla, los cortejos estrenaron nuevo
y lujoso vestuario, pero el desfile fue deslucido por una lluvia
torrencial que obligó a la Cofradía a regresar a
su Templo.
Tres
son los pasos de esta Hermandad. El primero llamado del Triunfo de la
Santa Cruz, o de la Muerte, ostenta una cruz vacía, en la
que se apoyan
las dos escaleras para el Descendimiento, a cuyo pie aparece un
esqueleto en actitud abatida, sentado sobre el Mundo, al que se enrosca
la serpiente con manzana del Pecado original en la boca.
Salió por
primera vez en 1693.
El segundo paso es el de la Urna, nuevas
andas, canastilla y respiraderos sin dorar, obra de los tallistas
Antonio Ibáñez y Joaquín Pineda.
En el año 1997 se estrenaron
cuatro escudos, ubicados en los respiraderos, (el de la Casa Real
Española en el frontal, el de la Hermandad en el lateral
derecho, el de
la ciudad de Sevilla en lateral izquierdo y el de la Orden Mercedaria
en el trasero), tallados también por Antonio
Ibáñez y Joaquín Pineda y
dorados y policromados por Emilio López Olmedo.
De igual fecha
son las cuatro imágenes que se encuentran en las esquinas
del canasto,
representando a San Fernando Rey y San Pedro Nolasco, fundadores de la
Hermandad y de la orden de la Merced respectivamente; así
como las de
San Laureano y San Gregorio Magno titulares de la iglesia donde estuvo
radicada la Hermandad durante dos siglos y de la Capilla donde tiene en
la actualidad su sede canónica.
Hace tres años se estrenó
completamente terminada de talla la Urna, cerrada con cristales, donde
se contiene la Sagrada Imagen del Redentor, obra de Juan de Mesa,
así
como las cuatro maniguetas del paso, cuya ejecución
correspondió a los
mismos artesanos anteriormente mencionados, autores a su vez del
canasto y los respiraderos.
En el año 2000 se estrenó el dorado
completo de la urna y los candelabros de la misma,
acometiéndose en
años venideros el de la canastilla y respiraderos. Asimismo
en la
Semana Santa del año 2000 se estrenaron, las cuatro cartelas
sitas en
la canastilla, realizadas en su totalidad por Emilio López
Olmedo y que
representan las siguientes escenas: La Santa Cena, La
Exaltación, El
Descendimiento y La Resurrección.
Todo el conjunto, del más fino
estilo gótico, asemeja a una catedral en miniatura. La Urna
va
precedida en por seis ciriales de plata de estilo gótico,
ejecutados
por "Orfebrería Triana".
Tras este "paso" va el palio de respeto
de terciopelo negro y portado por servidores. A
continuación, la
Centuria Romana, con su capitán al frente y en el centro de
la tropa,
el "Senatus". Todos los soldados van vestidos a la usanza romana del
siglo 1.
Tras el cuerpo de nazarenos, hermanos de etiqueta, con
varas, acompañando al Estandarte de la
Corporación, de terciopelo negro
y bordado en oro el escudo de la Hermandad, circunvalado por la
inscripción: "Ubi est dolor sicut dolor meus" portado por
nuestro
hermano Sr. Marqués de Esquivel. A continuación:
representaciones de
los ejércitos de Aire, Tierra y Marina; Colegios
profesionales, Cámaras
de Comercio, Universidad, Reales Academias, Cuerpo Consular,
Diputación
Provincial, Ordenes Militares presididas por nuestra Orden Hermana de
la Real Maestranza de Caballería, primeras autoridades y la
presidencia
oficial, ostentada por S. M. el Rey o personalidad que lo represente;
tras ella el Excmo. y Reverendísimo Sr. Arzobispo de
Sevilla, el
Alcalde Teniente Hermano Mayor de esta Hermandad y el Hermano Mayor en
funciones, en traje de etiqueta, acólitos con ciriales e
incensarios, y
tras él, el "paso" del Duelo, estrenado en 1965, obra del
artífice don
Luis Jiménez Espinosa, compuesto de un cuerpo de
arquitectura gótica
florida, sobre el cual, formando grupo, destaca la Sagrada Imagen de la
Santísima Virgen de Villaviciosa, y a sus lados, las de San
Juan
Evangelista, las tres Marías y los Santos Varones,
José de Arimatea y
Nicodemus, portando uno de ellos el rollo comprensivo de la licencia de
Pilatos para la inhumación del Sagrado Cuerpo del
Señor, todos
ataviados con riquísimas vestiduras bordadas. Todas las
imágenes son de
Astorga, menos la Virgen , cuya autoría corresponde a
Antonio Cardoso
de Quirós. que la realizó en 1.691.
A continuación el Excmo.
Ayuntamiento de esta Ciudad, bajo mazas, presidido por el primer
Teniente de Alcalde y portando el concejal más joven de la
Corporación,
el Pendón de la Ciudad. Cerrando todo el cortejo una
agrupación militar
con tropa, bandera y música.
Siguiendo proverbial costumbre, que
tuvo su inicio en 1850, esta Real Hermandad organizó en
1992, con
motivo del Quinto Centenario de la Evangelización de
América, lo que
tradicionalmente ha venido llamándose "Santo Entierro
Grande" en el
que, cronológicamente ordenados, se integran los pasos de
otras
Hermandades para configurar una representación
plástica de la Pasión y
Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
TÚNICAS:
El cuerpo de nazarenos que acompaña al primer y tercer
"paso" viste
túnica de ropón negro, con cola de estilo antiguo
y antifaz del mismo
color. Los hermanos que acompañan al paso de la Urna visten
de etiqueta.
CAPATACES:
Triunfo de la Santa Cruz y Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo:
Alfonso Hijón García y Rafael Vera. Duelo de María Santísima: Federico Barrero
Mira.
MÚSICA:
Triunfo de la Santa Cruz: Trío de Capilla. Santo Entierro de Nuestro
Señor Jesucristo: Banda Municipal de Sevilla y Coral
Polifónica. Duelo de María Santísima: Unidad musical del cuartel general de la fuerza terrestre.