Pontificia,
Real e Ilustre Hermandad y Archicofradía de Nazarenos del Santísimo
Sacramento, de la Pura y Limpia Concepción de la Santísima Virgen
María, Santísimo Cristo de las Tres Caídas, Nuestra Señora de la
Esperanza y San Juan Evangelista. Capilla de los Marineros.
(Dos «pasos»).
Fue en 1418 cuando miembros del gremio de los ceramistas decidieron
fundar la Hermandad de luz de la Esperanza en la Real Parroquia de la
Señora Santa Ana, que se unió a la de San Juan Evangelista, creada por
el gremio de pescadores, en 1542. La fusión con la de las Tres Caídas,
que había sido fundada por gentes de la mar en el Convento de las
Mínimas en 1608, acontece en 1616. Radicó en diversos templos del
arrabal hasta que obtuvo capilla propia, que fue abierta al culto en
1815 hasta ser clausurada con motivo de los sucesos de 1868. En 1845
cruzó por vez primera el puente de barcas para hacer la estación de
penitencia a la Santa Iglesia Catedral. Se trasladó tras el cierre de
su templo a San Jacinto, no revitalizándose su vida corporativa hasta
1888, y un año después retoma la estación de penitencia, realizándola
desde ese momento en la madrugada del Viernes Santo. En 1962 regresa a
su capilla propia. La fusión con la Sacramental de Santa Ana, que data
del siglo XVI, se produce en 1972. La Esperanza de Triana fue coronada
canónicamente mediante bula pontificia de San Juan Pablo II en la
catedral el 2 de junio de 1984. En 2018 vivió un año jubilar con motivo
de los seis siglos de devoción a la Esperanza en el viejo arrabal.
El Santísimo Cristo de las Tres Caídas es una imagen atribuida a Marcos
Cabrera en 1595, sustituyéndole la cabellera natural por la actual de
pasta de madera Manuel Gutiérrez-Reyes Cano en 1894, y el cuerpo es de
Luis Álvarez Duarte en 1981. Las demás figuras son de Antonio Castillo
Lastrucci entre 1939 y 1941. Nuestra Señora de la Esperanza es obra
atribuida a Juan de Astorga en 1816, habiendo intervenido sobre ella
Gumersindo Jiménez Astorga, José Ordóñez, Antonio Castillo Lastrucci
–que le hizo las actuales manos– y Pedro Manzano.
Pasos: El del Santísimo Cristo de la Tres Caídas, es de estilo
neobarroco, dorado e iluminado por candelabros de guardabrisas. La
talla es de Guzmán Bejarano en 1970. Villarreal hizo los relieves en
plata de ley y Álvarez Duarte los ángeles de las esquinas en 1996.
Manuel Calvo lo volvió a dorar en 1996. Las potencias del Señor están
labradas en oro de ley por Villarreal en 1987. El mismo autor realizó
en plata dorada los casquetes de la cruz. Del taller de Sobrinos de
Elena Caro salieron los bordados de los faldones.
De Nuestra Señora de la Esperanza, toda la orfebrería del paso es de
plata de ley. Los respiraderos son de Emilio García Armenta en 1956,
así como los candelabros de cola. Los varales en 1988 y la candelería
en 1991 son de Orfebrería Triana. La peana en 1962 y el juego de jarras
entre 1989 y 1990 son de Villarreal. La miniatura de la Inmaculada es
de Juan Fernández Gómez en 1947. La corona de la Señora, con la que fue
coronada canónicamente, es de Orfebrería Triana en 1984 realizada en
oro de ley. El palio es de malla, bordado en oro, con bambalinas
exteriores de 1971 realizadas en el taller de Caro e interiores de 1951
ejecutadas en el convento de Santa Isabel, restauradas por Fernández y
Enríquez en 1997. El centro del techo de palio está bordado en oro,
sobre terciopelo verde, por Hijos de Miguel del Olmo, en 1918, mientras
que el resto está bordado en malla por Sobrinos de Caro en 1971. Los
faldones son de Fernández y Enríquez con cartelas pictóricas de Octavio
Fernández en 1996. En todo el conjunto del paso de palio prevalece la
seña de identidad que le confirió el diseñador José Recio del Rivero,
quien se inspiró en la forja y la cerámica característica del barrio
para dibujar primitivamente los distintos elementos de estas andas
procesionales, manteniéndose únicamente de la obra original el referido
centro del techo de palio.
Insignias destacadas: Como cofradía de penitencia, llama la atención
que es la única que en los días sacros no saca entre sus tramos
hermanos penitentes sin capirote y con la cruz al hombro. La cofradía
posee un sello personalísimo, lo cual queda constatado en sus
insignias, entre las que destacan la cruz de guía, obra de Jesús
Domínguez en 1954, el simpecado, el senatus, los paños de bocinas y el
estandarte, piezas diseñadas por José Recio del Rivero y bordadas por
Juan Bautista Gimeno en 1928, el lábaro de la coronación de Guillermo
Domínguez Clavería y José López Camacho en 1987, y el libro de reglas
de Manuel de los Ríos en 1990.
Otros datos de interés: La Esperanza de Triana es uno de los claros
referentes devocionales de la ciudad, traspasando hasta las fronteras
nacionales, pues existen réplicas de la imagen en Quito (Ecuador) y en
la misma Catedral de Lima (Perú).
TÚNICAS Y ANTIFAZ: Túnica con
botonadura blanca y antifaz con el escudo corporativo bordado en oro a
la altura del pecho ambos de terciopelo, morado en los tramos del
Cristo y verde en los de la Virgen, y capa de merino blanca con
distintivo en su lado izquierdo consistente en un ancla, morado en el
Cristo y verde en la Virgen, dentro de un salvavidas con la inscripción
“Esperanza de Triana”. La túnica se ciñe con un cíngulo morado y oro en
el paso de misterio y verde y oro en el de la Virgen. Los guantes y
calcetines son blancos y los zapatos negros.
CAPATACES: Capataz del paso de misterio: Francisco Ceballos Batista y Capataz del paso de la Virgen: Juan Manuel López Díaz
MÚSICA:
Música del paso de misterio: Banda de Cornetas y Tambores Santísimo
Cristo de las Tres Caídas, Música del paso de la Virgen: Banda de
Música María Santísima de la Victoria, de la Hermandad de las
Cigarreras.
ESTRENOS:
Restauración del Manto de Borrero, restauración de los faldones,
estreno de nueva Toca de Carla Elena Caro diseño de Gonzalo Navarro.