Real,
Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo Sacramento y Archicofradía
de Nazarenos de la Sagrada Expiración de Ntro. Señor Jesucristo y María
Stma. de las Aguas. Capilla de la Expiración (Capilla del Museo). (Dos «pasos»).
Corría el año de 1575 cuando un grupo de hombres buenos, residentes en
aquella Sevilla del Quinientos escucharon, emocionados y absortos, la
palabra directa, aguda, punzante como una saeta, del orador sagrado que
predicaba el Sermón de Pasión, el cual abunda de tal modo, con tal
vehemencia, sobre los padecimientos de Cristo en la cruz clavado, en
medio de aquel ambiente casi de tinieblas, que hace estremecer a
aquellos buenos cristianos. No conocemos el templo donde se celebró el
antedicho culto. Entre los asistentes, según refieren diversos autores,
abundan los plateros, pero no sólo ellos, sino que también abundaron en
la nómina de la Hermandad de la Expiración desde los años fundacionales
Escribanos Públicos y Corredores de la Lonja, además de hidalgos sin
oficio y clérigos regulares.
A la vista de una escritura de apoderamiento descubierta por el
investigador Celestino López Martínez, se puede leer que “la Hermandad
y Cofradía de la Expiración de Nuestro Señor Jesucristo, que está y
reside en la Iglesia de San Andrés de esta ciudad de Sevilla, en el día
6 de noviembre del año de 1575” hasta el día que se trasladó al
Convento de la Merced […]”.
En consecuencia, debe entenderse que los negocios más importantes a
acometer debieron ser la aprobación de la Regla, ya conseguida dos días
antes, el posible traslado al convento mercedario, y particularmente el
encargo de la hechura de la imagen del Cristo titular sobre la cual
“consideraron que levantaba la cabeza al cielo en llamamiento a su
Padre Eterno, y desearon tener una imagen divina de semejante
representación”. La Regla por la que se regiría la vida corporativa,
fue aprobada por el Cardenal Arzobispo Cristóbal de Rojas y Sandoval
con fecha 4 de noviembre de 1575, y contenía cuarenta y cinco
capítulos. En ellos se establecía la tarde del Viernes Santo como
jornada para realizar la estación de penitencia. Así pues, al mes y
días de la aprobación de la Regla, sin perder el tiempo, los fundadores
concertaron la hechura del Cristo con el escultor Marcos de Cabrera.
La relación de esta Hermandad y Cofradía con la Orden Mercedaria se
remonta al año 1577, y en virtud de escritura otorgada el día 12 de
Mayo de 1613, la Orden cede a la Hermandad, mediante censo enfitéutico,
un sitio en el compás del convento en el que edificaría la Capilla que
hasta la fecha viene utilizando como sede canónica, a cuyo pleno
dominio accedió en el siglo XIX en virtud de las medidas
desamortizadoras que le permitieron la redención del referido censo.
Según tradición, en los primeros años la estación de penitencia se
efectuaba el Viernes Santo, procesionando a cinco templos próximos, en
recuerdo de las cinco llagas del redentor. Desde el año 1772, el paso
de Cristo procesionó acompañado por el de la imagen de la Virgen de las
Aguas modelada por Cristóbal Ramos, más al poco, es posible que al año
siguiente, al tratarse de una imagen genuflexa y orante, se decidió
situarla en el mismo paso del Cristo a los pies de la Cruz, recordando
el “Stabat Mater Dolorosa iuxta crucem lacrimosa dum pendebat filius”.
La ocupación de Sevilla por los franceses acontece entre el mes de
Febrero de 1810 y Agosto de 1812, en que comenzaron sus tropas a
evacuar la ciudad. Gracias a Dios y al inasequible desaliento de
nuestros escasos antecesores, ambos Sagrados Titulares junto con los
Evangelistas fueron trasladados, con tiempo suficiente, a la cercana
Parroquia de San Vicente, razón por la que pudieron salvarse del
latrocinio. En este siglo XX, una vez superada la crisis referida,
aunque con altibajos, la Hermandad fue recuperando buena parte del
vigor perdido, si bien desde un punto de vista sobresaliente cabe
reseñar diversos hechos de suma importancia que colaboraron a este
resurgir.
El año 1922 se llevó a cabo la iniciativa, tantas veces acariciada, de
sacar la imagen de la Virgen en paso propio de palio. Con tal fin fue
restaurada en una importante intervención por el escultor Antonio
Infantes Reina. Ello tuvo como consecuencia la construcción de un nuevo
candelero para mostrarla de pie –si bien para el altar conservó de
momento el que la mantenía genuflexa y orante -; también se llevó a
cabo el tallado en madera de unas manos que sustituyeron las anteriores
entrelazadas, que la Hermandad conserva todavía.
Por otra parte, la elaboración de los elementos metálicos del paso de
Virgen le fue encomendada al orfebre Seco Imberg, y a Hijos de Miguel
del Olmo el palio de malla transparente “del estilo usado por la
Hermandad de Montesión”, así́ como el manto que luciría, erguida por
primera vez desde su ejecución por Cristóbal Ramos. La imagen de
Nuestra Señora de las Aguas fue vestida como de costumbre por el
Director Artístico Antonio Amán y Austria al modo monjil, utilizando
una pieza de encaje de tul de oro. Pero el estreno del paso de palio
resultó frustrado, ya que aquel Viernes Santo, día 14 de abril de 1.922,
a las 7 de la tarde, hora en que debían abrirse las puertas de la
Capilla, comenzó́ a llover copiosamente, por lo que se suspendió́ la
salida para intentarlo dos horas más tarde, pero no solo no escampó,
sino que arreció el aguacero de tal manera que no hubo otro remedio que
decidir la suspensión definitiva.
Pero no quedaron aquí las novedades, ya que días después, el 28 de
abril de 1.922, los hermanos a la sazón se reunieron en Cabildo
convocado con el fin de pulsar la opinión de los asistentes en relación
con el posible cambio de día para efectuar la Estación de Penitencia en
la Semana Santa del siguiente año de 1.923. Como consecuencia, el día
26 de marzo de 1.923, Lunes Santo, por primera vez hizo la Cofradía su
obligada Estación de Penitencia a la Santa, Metropolitana y Patriarcal
Iglesia Catedral de Sevilla.
Un Lunes Santo que marcó un hito digno de tenerse en cuenta en la larga
historia de la Hermandad, ya que a partir de esta feliz coincidencia
-el estreno del paso de Virgen y la fundación del Lunes Santo como
nuevo día en la Semana Santa sevillana-se iniciaría y proseguiría una
senda de constante superación a la búsqueda de una renovada identidad,
pero bebiendo siempre en la fuente de su histórico pasado.
El año 1929, fueron modificadas las túnicas de los nazarenos, para
quedar tal y como se conocen en la actualidad. Quiere decirse que
aprobada que fue la propuesta por el Cabildo, el Lunes Santo día 25 de
abril de 1.929, la Cofradía hizo la Estación de Penitencia prescrita en
la Regla, distinguiéndose los nazarenos de Cristo, túnica negra de
cola, de los de Virgen que mantuvieron la capa blanca. El año 1940 se
produjo otro importante acontecimiento para la Hermandad debido al
estreno del impresionante nuevo paso de Cristo, diseñado y dirigido por
el que fuera inolvidable Hermano Mayor, Don Francisco Jiménez Román. El
año 1954, Santiago Ramos Castro compuso la marcha “Virgen de las
Aguas”. El año 1975, se celebró con la mayor solemnidad el cuarto
centenario fundacional de la hermandad, y con motivo de su
conmemoración se constituyó el patronato Benéfico Social Santísimo
Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de las Aguas. El 28 de marzo
de 1998, la Virgen de las Aguas fue proclamada, con la oportuna
Autorización eclesiástica, patrona de la compañía municipal de aguas de
Sevilla, EMASESA. En el año 2000 la Hermandad celebra el 425
aniversario fundacional.
En el mes de noviembre de 2013 la imagen del Santísimo Cristo de la
Expiración fue elegida por la Junta Superior del Consejo General de
Hermandades y Cofradías de Sevilla para presidir el Vía Crucis de las
Cofradías de la ciudad de 2014, que se celebra en la Santa Iglesia
Catedral.
El Lunes Santo 30 de marzo de 2015, Su Majestad el Rey Felipe VI visita
la Capilla a pocas horas de iniciarse la Estación de Penitencia,
acontecimiento que se debe subrayar por su trascendencia histórica. En
Cabildo General Extraordinario celebrado el 28 de octubre, los hermanos
aprueban la propuesta de cambio de itinerario de vuelta para la
Estación de Penitencia de 2016, presentada por la junta de gobierno.
Dicho cambio de itinerario sería el siguiente: Placentines, Alemanes,
García de Vinuesa, Puerta del Arenal, Castelar, Plaza de Molviedro,
Doña Guiomar, Zaragoza, Puerta de Triana, Gravina, Pedro del Toro,
Bailén, Miguel de Carvajal y Plaza del Museo.En la actualidad, la vida
de la hermandad transcurre con toda normalidad y plenitud de anhelos
culturales, formativos y espirituales.
Imágenes titulares
Respecto de la imagen del Cristo de la Expiración, atribuida desde el
siglo XVII por el Abad Gordillo y sucesores a un inexistente Capitán
Cepeda, hubo que esperar al año 1946, para que, gracias a la
investigación de Celestino López Martínez, pudiéramos saber del autor
de tan inefable efigie, el también Capitán Marcos de Cabrera. En el
documento hallado, quedó escrito que, de acuerdo con lo pactado, el día
7 de diciembre de 1575, se otorgó la correspondiente escritura de
ejecución de la obra, que aún se conserva en el oficio número 18 de la
Escribanía de Pedro de Villalta, en el Archivo Histórico Provincial de
Sevilla, Sección de Protocolos. Habría de ser un Cristo Expirante,
hecho en material ligero que permitiera su fácil procesión por las
calles de Sevilla, y de hechura tal, asegura la tradición que ha
llegado hasta nosotros, que no pudiera hacerse otro igual, así que, una
vez terminada la obra -según narra el Abad Gordillo-, “no solo se
quebraron los moldes, sino que los llevaron a lo más hondo del río y se
echaron allí”
Esta imagen sigue el canon manierista: cuerpo alargado, figura
serpentinata fuerte contraposto. La contorsión corporal es
violenta y muy vivo el escorzo. El rostro, que mira hacia arriba y a la
izquierda, ha sido ejecutado con rasgos arcaizantes y fuerte
naturalismo. A través de los labios se puede ver la lengua. Lleva
corona de espinas y potencias; el agitado sudario, producto de la
reforma de 1880, (Gutiérrez Cano) se anuda en la cadera derecha. Se
tiene conocimiento documental que el escultor conocía el Cristo
Expirante que Miguel Ángel hizo para Victoria Colonna, obra muy
conocida entre los círculos artísticos de la Sevilla del XVI.
Si bien la Regla estableció como titular mariano a Nuestra Señora de
las Aguas, en principio no debió encargarse imagen, circunstancia que
se vio justificada por cuanto fue la advocación de Madre de Dios de las
Mercedes la que figuró como titular de la Cofradía de la Expiración
desde su unión con una Hermandad de este título el año 1.607, según
Celestino López Martínez. La bellísima imagen, que el año 1772, fecha
que según se estima con bastante seguridad, modeló Cristóbal Ramos, es
la que actualmente sigue como venerada titular de la Cofradía.
Restaurada por Antonio Infantes Reina,1922; Sebastián Santos,1962.
Francisco Berlanga, 2000. La cabeza es de terracota (barro cocido) y
manos de madera, 1´78 m. María inclina la cabeza a la derecha y mira
hacia arriba; los ojos son de cristal, corren tres lágrimas en cada
mejilla. La boca deja ver los dientes superiores modelados. Las manos
abiertas. Primitivamente esta imagen iba de rodillas y con las manos
cruzadas al pie de la cruz, en actitud de oración, al separarla del
paso de Cristo y ocupar el Paso de palio, el escultor Infantes Reina le
hizo un nuevo candelero y unas manos de madera abiertas, en la mano
derecha lleva un pañuelo en la izquierda un rosario
El paso de Cristo es de estilo neobarroco, dorado e iluminado por seis
candelabros de guardabrisas, la talla pertenece a Fernández del Toro y
el dorado a Fuentes en el año 1940, en las esquinas figuran los cuatro
evangelistas, obra del escultor Francisco Antonio Gijón, siglo XVII, en
la canastilla figuran ocho ángeles mancebos de Francisco Buiza y cuatro
angelitos de menor tamaño de Luis Ortega Brú, las maniguetas de este
paso son únicas y muy originales, pues se encuentran talladas en su
base y rematadas con terciopelo morado en espiral, adornados en su
punta con una borla, los faldones son de color morado con cartelas
bordadas en las esquinas. Las potencias son de oro, realizadas por
Jesús Domínguez y el INRI y los remates también son de oro, realizados
por Orfebrería Triana y fueron donación póstuma de nuestro Hermano José
Antonio Moore.
El paso de Virgen es de estilo neoplateresco, el palio es de malla con
bordados en oro de Sobrinos de Caro de 1946, en el techo de palio lleva
una Gloria bordada en hilos finos de seda, que representa a la
Inmaculada, las bambalinas se rematan con flecos llamados de bellotas,
los respiraderos son de plata de ley de Orfebrería Triana 1996, con
varales plateados, cuentan en sus basamentos con capillas en las que
figuran las diferentes patronas de España, obras de Sebastián Santos en
1947, faroles de entrevarales obra de Seco Velasco, las jarras,
candelabros de cola y la peana son de Jesús Domínguez, autor también de
la Virgen del Pilar que figura en la delantera del paso, la Virgen
cuenta con diadema de plata dorada de García Armenta en 1943, la saya
bordada en oro pertenece a Sobrinos de Caro y el manto es liso de color
azul, donado por Vitorio & Lucchino. Los Faldones son del mismo
color del manto, rematados por cartelas de plata.
Insignias destacadas: Simpecado 1946 y estandarte de 1965 bordados
ambos por Elena Caro Paños de bocinas de Juan Manuel Rodríguez Ojeda
1928.
Composiciones: Música de capilla Expiración de Vicente Gómez Zarzuela
letra de Gómez Millán.1921. Marcha procesional Expiración de Manuel
Font de y Fernández de la Herranz,1941; Virgen de las Aguas de Santiago
Ramos, 1954.
Datos de interés: El recorrido de la Hermandad del Museo es muy
pintoresco desde su comienzo el transcurrir por la plaza del Museo,
lugar muy propio de la corporación. Todo el recorrido de la Hermandad
hasta su paso por la Catedral de Sevilla, lugar que la hermandad reza
el rosario durante su recorrido por la misma. En el regreso podemos
estar la capilla delante de la Cofradía de Jesús Despojado, la calle
Gravina y Pedro del Toro y su discurrir por la plaza del Museo.
Destacar también que desde el comienzo la cruz de Guía hasta el ultimo
servidor forman un compacto conjunto de cofradía. También es distintivo
los cuatros seise niños que acompañan dos en cada paso.
TÚNICAS: En el paso de Cristo,
las túnicas son negras de cola, con cíngulo y botonadura blanca, el
cíngulo se anuda a la izquierda y el escudo de la Hermandad en el
antifaz a la altura del pecho. En el paso de Virgen, las túnicas son
negras, con capa blanca y con cíngulo y botonadura blanca, el cíngulo
se anuda a la izquierda y el escudo de la Hermandad en el antifaz a la
altura del pecho, mientras que en la capa a su lado izquierdo figura el
escudo con la Cruz de Jerusalén. Los Costaleros visten camiseta blanca
y sudadera facilitadas por la Hermandad, así como costal blanco, faja,
pantalón, calcetines y calzado, todo ello de color negro. Los acólitos
menores acólitos menores, visten sotana negra con botonadura blanca,
roquete blanco, esclavina negra en la que al lado izquierdo figurará el
escudo de la Hermandad y calcetines y calzado, todo ello de color negro.
CAPATACES: Alfonso Morillo Vázquez (Cristo) y Vicente Nieto (Palio)
MÚSICA: No lleva en el Cristo y Sociedad Filarmónica Nuestra Señora de la Oliva de Salteras tras el palio